dimarts, 19 de gener del 2010

Cocinero, cocinero


Esta tarde he asistido a un acto sencillo pero emotivo y cargado de intensidad. Un merecido reconocimiento a los represaliados por el régimen franquista del Vallés Oriental. Más de un centenar de homenajeados. Historias diversas marcadas por un denominador cómun: haber sufrido y luchado por la defensa de las libertades individuales y colectivas. Muchos lo pagaron con sus vidas, otros con la carcel, el exilio o la clandestinidad. Fue una generación rota que vivió en una España rota.

El Departament d’Interior, Relacions Institucionals i Participació ha organizado este acto. El primero de una serie que debe llevar este reconocimiento a todo el territorio. Allí estabamos los alcaldes y concejales de municipios de la comarca que teniamos vecinos en esas circunstancias.

De La Llagosta, en teoría doce personas (o sus familias si habían fallecido) debían recibir su homenaje. Lo he sabido esta misma mañana después de muchos intentos por conseguir esta información. Y no ha habido tiempo para contactar con ellos.

Me hubiera gustado hablar con ellos o sus familías, acompañarles en ese momento y trasladarles en nombre de todos nosotros el reconocimiento de La Llagosta.

No ha sido posible.

Me he encontrado sólo (de La Llagosta). No ha asistido nadie de nuestro pueblo (ni de otros muchos). Seguro que han sido invitados. Seguro que existen poderosas razones para su ausencia.

Coordinar una actividad de este tipo es tarea compleja y laboriosa. Son muchas las gestiones y contactos a realizar.

Además és la primera vez que se realiza.

Por tanto es entendible que ocurran estas cosas. Ni se me ocurre insinuar que ha existido intencionalidad ni dejadez por parte de aquellos que lo organizan.

A nadie se le ocurriría afirmar que el Departament de Participació no cree en la participación.

Este escrito pretende ser una crítica constructiva (que he trasladado personalmente al finalizar el acto) para que en próximas oportunidades puedan solventarse los problemas.

Seguro que el resultado hubiera sido diferente si el ayuntamiento hubiera sido informado con tiempo suficiente. Seguro que la presencia de llagostenses y de vecinos de otras localidades habría existido si los diferentes ayuntamientos hubieran participado en la organización, en la difusión y en el desarrollo de este acto.

He asistido con mucha ilusión pero he vuelto triste. No pasa nada. Las cosas se hablan y se arreglan. Me gusta ser positivo y entiendo que las cosas no sean perfectas, que solamente comete errores el que hace propuestas y las desarrolla.

Por eso me quedo con la posibilidad que me han ofrecido para corregir lo sucedido hoy, organizando un acto en La Llagosta, para que los represaliados por el franquismo de nuestro pueblo reciban el homenaje que, sin duda, se merecen.

PD. Solamente rompe platos el que está en la cocina y a mi me gusta valorar a los cocineros por el sabor de sus comidas, no por la cantidad de vajillas que utilizan.